En estos días en que
el mundial de fútbol está al tope de las noticias y es tema de conversación
aún entre los no futboleros, solemos darnos cuenta del valor de los buenos
equipos. No sólo de las figuras o estrellas con que se cuente, o de los buenos
entrenadores. Y de cómo en equipo se logran victorias, que individualmente no
es tan fácil o posible lograr.
Trasladando
esto a los equipos de trabajo, es claro que si cada integrante “corre” hacia
distinto lugar sin un objetivo común, lo que se logre será sumamente pobre.
Y
esto es lamentablemente así y puede tener resultados a veces catastróficos, en
los proyectos relacionados con TI, y en particular con la construcción de
software. Seguramente cada uno lo habrá podido apreciar en diferentes
contextos, proyectos, posiciones dentro de los equipos, posiciones dentro de
las organizaciones para las que se llevan a cabo.
Si
bien no siempre se requiere un equipo compacto y súper motivado, ya que hay
tareas para las cuales se requiere un grupo de trabajo, por ejemplo en
mantenimientos repetitivos y otras tareas más rutinarias (que no implica que
sean sencillas), en un proyecto no ocurre lo mismo.
Cuando se lo requiere, hay varios aspectos de la gestión de proyectos relacionados con la gestión del equipo de proyecto, como por ejemplo:
- Roles necesarios
- Momentos en que debe involucrarse cada rol
- Capacitaciones / habilidades requeridas
- Mecanismos de incorporación y desafectación / proveedores
- Dependencias
- Responsabilidad / autoridad
- Motivación
- Incompatibilidades
- Localización
- Restricciones
- Aspectos culturales y de idioma
- …
Habitualmente
nos preocupa tener a la gente adecuada y capacitada, y disponible cuando se la
requiere en las diversas actividades.
Lo
que no siempre miramos con igual cuidado, es lo relativo a aspectos
motivacionales, buena relación y sinergia entre los miembros de todo el equipo,
voluntad de cada persona para colaborar con otros y compartir sus
conocimientos, ganas de “poner garra” para triunfar y llegar entre todos a
lograr los objetivos del proyecto. Gente que esté “orgullosa de la camiseta”.
Pero
cuidado, una gran mayoría de esos aspectos, no dependen sólo de cada persona,
dependen de cómo gestionamos el equipo como responsables de hacerlo, de cómo
escuchamos a la gente, atendemos sus dudas y problemas, colaboramos también al
logro de sus expectativas personales, y al logro de un buen clima en el
proyecto. También depende del contexto organizativo donde se desarrolla el
proyecto y la cultura de cada organización participante.
Claramente,
muchos podrán aducir que la mayoría de esos aspectos son muy difíciles o
imposibles de manejar cuando los proyectos que actualmente se contratan se
basan en menores costos, tercerización, distribución de pequeños paquetes de
trabajo, desconociéndose el “todo” de los proyectos, etc.
Pero
creo que cualquiera sea la forma de la contratación, es fundamental la
formación del equipo, y lograr que se trabaje de la forma más satisfactoria
para todos, cliente, proveedor, personas.
Y por favor, dejemos de llamar a nuestra gente recursos. Es el primer obstáculo que ponemos en el camino a construir un buen equipo de trabajo.
Y por favor, dejemos de llamar a nuestra gente recursos. Es el primer obstáculo que ponemos en el camino a construir un buen equipo de trabajo.
Hasta la próxima
Pilar
Pilar
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