Varios de Uds. se habrán encontrado con este tema. Yo también.
¿Es posible desarrollar una organización por proyectos, práctica de Administración por Proyecto, el rol de Jefe de Proyecto, en una Organización no orientada a proyectos?
¿La típica matriz es viable en estas organizaciones?
¿Se puede asignar responsabilidad sin dar autoridad?
Organizaciones no orientadas a proyecto
Las organizaciones funcionales típicas,
no orientadas a proyecto, y presentes en gran cantidad de empresas, representan a primera vista, como explica Kerzner(1), un desafío
para desarrollar la práctica de Administración por Proyectos y el rol del Jefe
de Proyecto.
Como lo demuestran la teoría y la práctica
- Las personas residen en las áreas funcionales que llevan adelante la
producción, cada uno con una serie de tareas asignadas normalmente por
especialidad.
- Los proyectos son disruptivos en esta
rutina ya que reasignan los recursos hacia otras actividades.
- Si bien los proyectos implementan la estrategia de la Compañía en áreas de interés,
la producción es lo que la mantiene operando y genera los ingresos del día a
día. De allí podrían provenir los primeros
problemas de prioridad.
¿Qué inconvenientes
se presentan con los proyectos en este tipo de organizaciones?
- El ya
conocido problema de los silos funcionales.
- La
inexistencia de la visión de proyecto como un todo con un objetivo único, o la
visión del mismo a través de los silos funcionales, con sus objetivos
particulares.
- La posible
demora de las tareas del proyecto en estos silos, debido a prioridades sobre
los recursos, en conflicto con las tareas funcionales (2) .
- Priorización del día a
día sobre el calendario del proyecto (la producción tiene urgencias que no
pueden esperar y el proyecto aún no las vive y se cree que las puede recuperar).
¿Qué
problemas se presentan con el rol de Jefe de Proyecto?
- El rol del Jefe de Proyecto es muchas
veces informal.
- Es un trabajo de tiempo compartido. Un
Jefe de Proyectos administra 7 proyectos (¿son proyectos?).
- Tiene escaso o nulo control del
presupuesto del proyecto.
- Tiene poca o ninguna autoridad sobre la
asignación de recursos (el típico “el equipo ya me llega armado”).
- Tiene en general poca autoridad debido
a su posición en la estructura, en muchos casos subordinada a los mismos jefes
funcionales que deben asignarle las personas.
- Los responsables de las áreas
funcionales tienen poca voluntad para aceptar la autoridad del Jefe de
Proyecto.
Pero… ¿En
qué casos una Organización no orientada a proyectos necesita trabajar por
proyecto?
Una pregunta interesante es por qué necesitaríamos esta organización, si puede
traer tantos inconvenientes.
Un buen resumen (3) confirmado
por la práctica es el siguiente:
- Al desarrollar un tema nuevo, debe
intervenir más de un área de la Organización, siendo crítico que trabajen
coordinadas, por ejemplo, el rediseño de un sistema central a la empresa con
nuevas tecnologías y criterios de calidad más estrictos, el desarrollo de
nuevos procesos, la instalación de un ERP que cambiará la forma de operar de la
Compañía, u otros casos similares.
- Cuando hay dudas acerca de la
conveniencia de una tecnología y conviene probar en un ambiente controlado (el
del proyecto).
- Cuando hay restricciones económicas o
de recursos importantes para desarrollar una nueva idea, que exigen un estricto
control de estas variables.
Como vemos, estas pueden no ser tareas
rutinarias en las organizaciones.
Finalmente…
¿Podremos hacer encajar las piezas?
Las siguientes ideas tratan de ayudar a aclarar
algunos de estos temas, a evitar que el rol de Jefe de Proyecto esté “pintado”
en la Organización y también a que se comprenda el sentido de la organización "proyecto":
- No engañarse y aceptar que no todo emprendimiento es un proyecto ni puede
organizarse como tal. Llamar a algo proyecto, no lo convierte en uno.
- Tener en cuenta que la organización por
proyecto puede convivir con la funcional para cierto tipo de emprendimientos,
por ejemplo como los mencionados en el apartado anterior.
- Si se encara esta organización de
proyecto, formalizar los roles a través de definir su autoridad y
responsabilidad, pudiendo incluirlo en el Plan de Carrera o su equivalente.
- Ubicar el rol de Jefe de Proyecto en la estructura de modo tal que acceda a
los mismos niveles de decisión que los Jefes Funcionales, ya sea en forma
directa o a través de un sector que los agrupe.
- Capacitar en la práctica de Administración de Proyectos.
- Comunicar, comunicar y comunicar a todos los interesados la idea de este
tipo de organización, el rol del Jefe de Proyecto y la práctica de
Administración de Proyectos.
- Evitar en todo lo posible la continua injerencia de los Jefes Funcionales en
los trabajos del Proyecto y sobre las personas asignadas.
- Asignar la responsabilidad completa del Proyecto al Jefe de Proyecto y la
correspondiente autoridad.
- No desperdiciar el nombre
"Jefe de Proyecto", si no lo es. Hay alternativas
que proponen la literatura y
la experiencia que definen mejor la posición.
"Coordinador de Proyectos", "Asistente de Proyectos", etc..Es muy común sobre todo en empresas y
proyectos de tamaño importante una multitud de “jefes de proyecto”, algunos
cuya labor es el registro administrativo de las variables del proyecto
(fundamentalmente tiempo, costo y alcance) pero sin decisión sobre ellas. Es
decir efectúa el seguimiento pero las actividades de control y decisión de
cambios está fuera de su responsabilidad. Convendría entonces revisar los
nombres para no crear confusión.
Volviendo al título, si la pieza es cuadrada y el hueco redondo, obviamente será difícil el encaje. Pero si adecuamos ambas partes, aunque no sea en forma perfecta, explicando las diferencias y mostrando resultados, seguramente lo lograremos.
Nota: Este entrada es una revisión de un artículo oportunamente publicado en nuestro blog Excelza en marzo de 2010.
Referencias
1. Project
Management, H. Kerzner
2. PMBOK 4th
Edition, PMI
3. Problems of Matrix Organizations, Davis and Lawrence,
HBR
Muy buen articulo Profesor
ResponderEliminarSilvina (de la catedra de Proyectos Informáticos)
Gracias Silvina.
ResponderEliminarSon cosas prácticas que ayudan a bajar a tierra la teoría y ver donde la realidad manda, adecuando lo que aprendimos a lo que podemos realmente hacer.
Saludos,
Raúl